
Hoy más que nunca reconocemos que sin equidad de género no existe justicia ambiental posible. Por eso decimos: somos dimensiones humanas en desarrollo y desarrollo ambiental, que en el progreso de la existencia luchamos por un mundo donde quepa tanta variedad de identidades como seres que lo habitan.
Abordar las cuestiones de género y ambiente representa un reto político que lleva a la necesidad de examinar con detalle aspectos relacionados con la redistribución y el desarrollo. Estos deben ser vistos como procesos dinámicos, complejos, que requieren de una pluralidad de perspectivas. Es importante tener en cuenta para su análisis las diferencias sexo-genéricas, así como también las de clase, casta, etnia, organización de la producción, reproducción y distribución del ingreso, ignoradas por las corrientes clásicas.
El desafío es elaborar nuevos paradigmas que integren procesos económicos, ecológicos y culturales, y que incluyan a todas las personas, cualquiera sea el lugar que ocupan en la sociedad.
El papel que desempeñan las mujeres en los espacios de gestión pública-política y en el campo laboral es indudable, aunque aún no es totalmente reconocido, por lo que cabe enfatizar la importancia de distinguir las funciones de las mujeres como «poseedoras de conocimientos y habilidades que las constituyen en eficientes administradoras del medio ambiente» (Rico, 1998).
Yolanda Ortiz fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Argentina y de América Latina. Qué mejor modo para homenajearla que la sanción de la Ley 27592, a la que se suma, a escasos días de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, la aprobación en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires de la Ley de Capacitación Ambiental, obligatoria para quienes se desempeñen en la función pública.
Las desigualdades de género existentes dentro de distintos ámbitos laborales están directamente relacionadas con una apropiación desigual de los recursos naturales y, por lo tanto, con un impacto diferenciado de los mismos sobre hombres y mujeres.
Desde el OPDS bregamos por un mundo más justo, donde la diversidad de identidades habite una vida digna y equitativa, contemplando como ejes fundantes las perspectivas de Género, Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Proponemos comprender las luchas sociales de géneros y los postulados de los estudios de género, trans y decoloniales, como parte de nuestra condición de seres en convivencia con el ambiente que habitamos.
Somos seres vivos en constante transformación. El cambio nos mueve, nos empuja, nos sustrae de la inercia. La transformación es lo único que subsiste en el tiempo. ¡Seamos parte de ella!
Rico, M. N. (1998). Género, Medio Ambiente y Sustentabilidad del desarrollo. Santiago de Chile, Chile: CEPAL