Ambiente en Diálogo Mayo 2024

El reciclado como tarea individual y cooperativa 

 

¡Hola! ¿Cómo estás?
 
En la entrega de hoy de Ambiente en Diálogo, el newsletter del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, vamos a continuar con la gran temática de la entrega anterior: los residuos y su gestión. En particular, nos dedicaremos a conocer en profundidad la importancia y características del reciclado.
 
 

De la economía lineal a la economía circular

 
En la Provincia de Buenos Aires todos los días se generan aproximadamente 20.400 toneladas de residuos. Esto representa alrededor de 40 % de los residuos de nuestro país. Esta inmensa cantidad de materiales, con alto valor productivo, se disponen en rellenos sanitarios o en basurales a cielo abierto, transformándose en un foco de contaminación que afecta el aire, el agua, los suelos y, sobre todo, a las comunidades.
 
La respuesta a este modelo lineal de producción (producción, consumo y descarte) es el paradigma de la Economía Circular, que propone un modo virtuoso de gestionar los recursos con el fin de alargar la vida útil de los materiales y disminuir la contaminación ambiental, a través de la generación de hábitos de separación en origen, fortaleciendo la recolección diferenciada. Es en este modo de producción y gestión de los recursos que se enmarca la política provincial de residuos sólidos urbanos.
 
En ese sentido, nuestra política de gestión impulsa el trabajo diario de trabajadoras y trabajadores de cooperativas cartoneras, primer paso en dirección a la circularidad, ya que se recuperan grandes cantidades de materiales para su tratamiento y reinserción en la industria. Fortalecer el trabajo de las unidades productivas de reciclado y reconocer la tarea de cientos de promotoras ambientales, cartoneras y cartoneros, recuperadoras y recuperadores urbanos es el camino para construir un servicio de calidad para vecinas y vecinos, disminuyendo la contaminación ambiental.
 
El primer paso en dirección a la circularidad es el trabajo diario de trabajadoras y trabajadores de cooperativas cartoneras, que recuperan grandes cantidades de materiales para su tratamiento y reinserción en la industria. Nuestra política de gestión busca, por un lado, impulsar el trabajo de las unidades productivas de reciclado y, por otro, reconocer el trabajo de cientos de promotoras ambientales. Esto, sumado a la colaboración de vecinas y vecinos en la separación de residuos, nos permitirá construir un servicio de calidad y disminuir la contaminación ambiental.
 
 
Poner en valor el trabajo histórico de las y los cartoneros y recuperadores
 
En nuestro país las experiencias de recuperación de residuos e inclusión social más exitosas se desarrollaron desde las propias organizaciones de recuperadores urbanos. Estas organizaciones diseñaron sistemas de recolección puerta a puerta, plantas de clasificación manuales y esquemas de promoción ambiental, que demostraron que, aún con recursos escasos, se pueden alcanzar buenos índices de recupero de materiales e inclusión.
 
Como muestra la siguiente imagen, en la Argentina hay 150.000 recuperadores urbanos, agrupados en 247 unidades productivas que reciclan 10.000 toneladas de material por día.
 
 
Por eso, nuestra propuesta de gestión de residuos desde el Ministerio de Ambiente se basa en el reconocimiento del entramado preexistente de trabajadores que, de forma individual, familiar u organizada en cooperativas, realizan una tarea de gestión de residuos sólidos urbanos reciclables, cumpliendo una función ambiental esencial que promueve la Economía Circular.
 
En particular, impulsamos Sistemas Locales de Reciclado (SLR), que consisten en la implementación de un sistema de cogestión entre un municipio o consorcio de municipios y los recuperadores urbanos. Este sistema permite un trabajo conjunto en todas las etapas de gestión de los residuos reciclables: 
 
1- Comienza con el trabajo de promoción puerta a puerta por parte de las promotoras ambientales, en espacios comunes, puntos verdes y a grandes generadores e instituciones públicas. 
 
2- Luego, se efectúa la recolección, promoviendo que sea, principalmente, puerta a puerta. Posteriormente, se complementa con puntos de entrega voluntaria y jornadas de reciclado, entre otras, garantizando derechos laborales básicos para las y los recolectores, como ingreso básico, uniforme, elementos de protección personal y monotributo social. 
 
3- Tercero, se realiza el transporte desde el sitio de recolección al lugar de acopio, a través del aprovechamiento de vehículos disponibles del municipio o la puesta en operación de una flota específica.
 
4- En cuarto lugar, se procede a la diferenciación y el acondicionamiento de los materiales en un espacio equipado con la maquinaria necesaria (como balanza, enfardadora, autoelevador, etc.).
 
5- Por último, comienza la etapa de comercialización, directa a la industria, a través de esquemas de venta colectiva. 
 
En el siguiente cuadro, se resumen los pasos detallados:
 
 
 
 

A cada uno según su responsabilidad

 

Por último, nuestra responsabilidad individual es separar los residuos que generamos en nuestros hogares para facilitar el trabajo de las cooperativas. Esto es, diferenciar entre dos grandes grupos. Por un lado, los residuos húmedos como restos de comida, cáscaras de frutas, verduras y huevos (todo esto, si podemos, lo compostamos), y los materiales no orgánicos que no pueden ser limpiados y secados (para evitar la contaminación de los demás materiales). Por el otro, los residuos secos como papel, cartón, plástico, aluminio, metal, vidrio, etc. Es importante que este segundo grupo, que es el que reciclaremos, esté limpio para que no contamine el resto del material. 
 
Lo ideal es tener en casa al menos dos tachos que nos permitan acumular los residuos de manera separada. De este modo, podremos ir sacando los húmedos (que suelen acumularse más rápido y generan malos olores), mientras que los secos pueden juntarse por más tiempo hasta que los llevemos al tacho, al punto de recolección o los pasen a buscar por nuestra casa.
 
Si bien este esfuerzo a veces parece insignificante en comparación con los grandes desafíos ambientales que enfrentamos, es un aporte individual crucial e indispensable para reducir los residuos que generamos, hacer más eficiente el uso de materiales, pasar de nuestras economías lineales hacia la circularidad y facilitar el trabajo de las y los recuperadores y cartoneros.
 
 
 
Gracias por acompañarnos. ¡Nos leemos en un mes!
 
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