Ambiente en Diálogo Septiembre 2023

La evaluación de impacto ambiental: herramienta clave del Ministerio
 

¡Hola! ¿Cómo estás?
 
En esta entrega de Ambiente en Diálogo, el newsletter del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, te queremos contar sobre el trabajo de la Dirección Provincial de Evaluación de Impacto Ambiental (DPEIA) para prevenir el impacto ambiental de las actividades productivas y las obras en el territorio bonaerense.
 
La DPEIA pertenece a la Subsecretaría de Control y Fiscalización Ambiental, conformada, además, por la Dirección de Control y Fiscalización y la de Residuos Especiales y Patogénicos.
 
Para contarte de primera mano cómo funciona y qué hacen en la Dirección, hablamos con Manuel Morrone, el director a cargo del área.
 

 
Manuel, contanos, ¿cuál es la misión y cuáles son las principales funciones de la Dirección?
 
La Dirección Provincial de Evaluación de Impacto Ambiental tiene a cargo el procedimiento de evaluación de impacto ambiental exigido para las obras (públicas o privadas); los establecimientos industriales de diferentes rubros (metalúrgicas, petroquímica, centrales térmicas, centrales nucleares, alimenticias, plásticas, etc.) y ciertas actividades productivas agropecuarias (engorde a corral y plantas de acopio de granos).
 
Además, tenemos un área que está a cargo de la evaluación de la calidad del aire y la gestión de emisiones gaseosas, tanto de establecimientos industriales como de otro tipo de establecimientos productivos agropecuarios. Estos temas, además, se complementan con el Centro de Monitoreo de la Calidad del Aire (CEMCA), que integra datos de la calidad del aire que respiran las y los bonaerenses.
 
Finalmente, tenemos un área específicamente vinculada a la identificación de sitios contaminados y los procesos de remediación. Cuando se produce una emergencia en una industria, un derrame o una contingencia ambiental, hay que actuar de manera urgente implementando una estrategia de remediación a cargo del responsable del evento y supervisada por nuestra Dirección.
 
También es necesario destacar el sector dedicado a los procesos de participación pública en el marco de las evaluaciones ambientales realizadas, en sintonía con los nuevos estándares de Escazú que implementa nuestro Ministerio.
 
El principal trabajo de nuestra Dirección es preventivo. Estamos presentes cuando se están diseñando y pensando los proyectos, industrias, obras y actividades. Dimensionamos la complejidad ambiental de los proyectos, evaluamos cómo va a ser el impacto ambiental y determinamos qué medidas de mitigación, remediación, control y monitoreo se van a considerar en los denominados Planes de Gestión Ambiental.
 
¿Cómo funciona en concreto una evaluación de impacto ambiental? ¿Cuáles son los pasos que siguen?
 
Comienza cuando un proponente —una persona física o jurídica, pública o privada— impulsa un proyecto y presenta el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA), que es un informe técnico elaborado por el mismo proponente para ser evaluado —y eventualmente aprobado— por la autoridad ambiental. En este punto es importante aclarar que, a nivel provincial, evaluamos los proyectos de mayor complejidad ambiental, mientras que los más sencillos son analizados por los municipios.
 
Por lo general, los proponentes son empresas u organismos públicos con proyectos productivos-industriales, que motorizan la economía y los sectores productivos, o con obras públicas de suma necesidad para la Provincia.
 
La evaluación de impacto ambiental es un procedimiento técnico-administrativo que va desde la entrega de un EsIA hasta el otorgamiento de la licencia ambiental. La aprobación, en el caso de las obras, consiste en una declaración de impacto ambiental (DIA), mientras que para las industrias corresponde un Certificado de Aptitud Ambiental (CAA).
 
Lo primero que hay que tener en cuenta para la evaluación es el emplazamiento del proyecto. No es lo mismo que esté ubicado en un humedal, un bosque nativo, la llanura, la costa del Río de la Plata, un sector industrial planificado o en un área urbanizada.
 
Luego, se cruzan las características del ambiente en el que va a ser emplazado el proyecto con las características del mismo, para así poder evaluar, dimensionar y valorizar el impacto ambiental que podría producir. De ese modo, después, se podrá mitigar, controlar y gestionar la actividad para que sea sustentable y compatible con el ambiente.
 
 
 
¿Ves una evolución de las empresas respecto del cumplimiento de las exigencias ambientales?  
 
Yo creo que a nivel de las empresas y de las industrias, poco a poco, ha ido cambiando y se ha ido elevando la exigencia de los organismos de control ambiental. Mirando retrospectivamente 30 años para atrás, se avanzó mucho en lo que el Estado analiza y controla en la perspectiva ambiental de la industria y las obras, porque se desarrolló mucho el conocimiento de lo que es la problemática ambiental, del impacto sobre la salud, los ecosistemas y la biodiversidad.
 
En función de estos avances, cambió la normativa, que va brindando nuevos instrumentos para regular a las empresas. Entonces, por esta razón, sí creo que cambió muchísimo el cumplimiento de las exigencias normativas ambientales por parte de las empresas en los últimos años.
 
Además, hay un notable avance social de la conciencia ambiental. Hay más conocimiento, divulgación y activismo. También aumentan las exigencias a nivel internacional para el sector industrial: hay muchas certificaciones de accesos a mercados más competitivos que fomentan el avance de una producción más sostenible.
 
Por su parte, también las obras públicas encuentran exigencias ambientales a la hora de buscar acceder a financiamiento de entidades de crédito bilaterales o internacionales.
 
 
¿Es posible la participación ciudadana en estos procesos?  
 
Sí, todos los proyectos que son evaluados por nuestra Dirección tienen una instancia de participación ciudadana. Existen dos tipos de mecanismos a través de los cuales se publican los proyectos a consideración de la ciudadanía.
 
Uno es la consulta pública. Esto se hace en el 95 % de los casos. Consiste en publicar los proyectos en la página del Ministerio y que las personas comenten y expresen sus opiniones y expresiones al respecto. Todos los comentarios quedan públicos y son considerados en la evaluación.
 
Estamos intentando llegar a los márgenes de lo que se exige internacionalmente, apoyándonos fuertemente en el Acuerdo de Escazú y otros estándares internacionales de consulta, participación, acceso a la información pública, justicia ambiental y transparencia institucional. Esto nos va poniendo la vara más alta y nos empuja a mejorar nuestros procesos de consulta constantemente.
 
Luego, en el 5 % restante de los casos, la participación ciudadana se da a través de la realización de una audiencia pública. Cuál es el mecanismo propicio para cada proyecto es una evaluación que hace la autoridad del Ministerio, tomando en consideración criterios técnicos, circunstancias sociales y territoriales, así como una perspectiva política sobre cuál constituye la mejor herramienta. A su vez, se incorpora la variable judicial, en los casos en que el mecanismo de audiencia pública es exigido por un proceso judicial mandatorio.
 
 
¿Qué capacidades efectivas tiene el Estado para llevar adelante estos procesos?  
 
En la Dirección Provincial de Evaluación de Impacto Ambiental tenemos 130 personas, todos profesionales muy formados y capacitados: tenemos geólogos, ingenieros, arquitectos, abogados, biólogos, licenciados en gestión ambiental y antropólogos, entre otros.
 
Esta diversidad disciplinaria es importante para componer equipos que puedan abordar las evaluaciones de impacto con la complejidad que requiere el ambiente. Además, las evaluaciones, en muchos casos, se realizan de manera integral con otras direcciones del Ministerio, con las que trabajamos de manera conjunta, complementando y robusteciendo nuestra tarea (por ejemplo, las direcciones de Laboratorio y de Fiscalización o las subsecretarías de Política Ambiental, Legal y Técnica y de Residuos Sólidos Urbanos).
 
Esto es particularmente importante en nuestra Provincia, por la gran complejidad de ecosistemas y de actividades productivas que la integran. La PBA genera el 40 % del PBI de la Argentina y, como dice nuestro gobernador, es el motor económico clave para la nación. Así, trabajar en este territorio implica evaluar un enorme volumen de proyectos, con la complejidad que eso conlleva, gestionando y solucionando día a día problemáticas ambientales de las y los bonaerenses .
 
Hay muchísimo por hacer y, en ese sentido, nuestros equipos tienen muchísima experiencia. Además, están en formación constante para ir adaptándose a las nuevas industrias, los avances tecnológicos, los procedimientos de evaluación y las múltiples demandas y realidades que requiere el ambiente, que no deja de ser nunca una construcción social.
 
Sin dudas, la evaluación ambiental de las industrias y las obras de nuestra Provincia implica un enorme desafío, compatibilizando actividades productivas y obras que satisfacen necesidades concretas de la población, con la protección del ambiente y nuestros bienes comunes, pero siempre con una perspectiva socioambiental.
 

Gracias a Manuel Morrone por la entrevista y a vos por acompañarnos en una nueva edición de Ambiente en Diálogo.

Te mandamos un abrazo, ¡nos leemos la próxima!
 
 
 
Si tenés sugerencias, comentarios o ideas de temas sobre los que te gustaría leer en este newsletter, escribinos a ambienteendialogo@ambiente.gba.gob.ar